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Mostrando las entradas etiquetadas como Sara Morante

¿Qué fue de los Watson?

 ¡Qué extraña sensación producen las novelas inacabadas! Puede una hacerse todas las conjeturas posibles y seguramente no dará con el clavo, con la razón exacta para que ese manuscrito se quedara en un cajón, a la espera de la nada, a medio escribir, con unos personajes sin evolucionar, con una trama inconclusa y, lo que es peor de todo, sin final. Una historia que no tiene final te deja el mismo vacío que eso que llaman en el cine "final abierto". No queremos imaginarnos que el chico fue a buscar a la chica a otro país, sino que aparezca el The End sobre un fondo de besos.  No sabemos la causa por la que esta novela, Los Watson, quedó sin terminar. Como era costumbre en Jane Austen, al principio se muestran prácticamente todos los personajes y se esboza el sentido de la trama. Podemos adivinar más de lo que dice si tenemos cierta costumbre de leerla. En una conversación pueden extraerse muchos datos interesantes. Da la impresión de que somos unas vecinas cotillas que estamos

"Los diarios de Adán y Eva" de Mark Twain

Mark Twain (1835-1910) forma parte de mi memoria sentimental desde el momento que sus libros llenaban las paredes de mi casa de la infancia. Mientras las niñas de mi calle leían cuentos "de chicas", historias de mujercitas que esperaban casarse o de beatíficas alumnas de internado; mientras que en mi casa, las otras niñas, leían historias ilustradas o tebeos, he aquí que yo, encaramada a mi azotea azul atlántico, melena al viento siempre, calcetines cortos y piernas al aire, leía a Mark Twain, primero "Las aventuras de Tom Sawyer" y luego "Las aventuras de Huckleberry Finn". Confieso que soy más de Tom. La tía Polly me tiene encandilada desde entonces y su manera de mirar por encima de las gafas a los niños (porque mirarlos a través de ellas era un gasto inútil para seres tan poco importantes) se convirtió en un emblema de mis años de adolescente. Los primos Sid y Mary me trasladaron al universo de mis propios primos, unos en La Carolina, veranos llen