Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Humphrey Bogart

Bogart y Hammett: El halcón maltés

  Detrás de la publicación, en 1930, de la novela negra de Dashiell Hammett "El halcón maltés", está la editora Blanche Knopf , de la editorial del mismo nombre que compartía con su marido, Alfred. Una visionaria de la edición que se dio cuenta del potencial que tenía el escritor cuando leyó sus relatos de la revista Black Mask, lugar emblemático en el que publicó sus cuentos e historias gráficas. Cuando Blanche Knopf dio a Hammett la oportunidad de volver a la revista y publicar sus novelas, él estaba desesperado porque se encontraba, literalmente, sin un centavo, con dos hijas y una mujer a las que mantener y una enfermedad crónica, la tuberculosis, que lo perseguía desde muy joven y que le había obligado a dejar su trabajo de detective en la Agencia Nacional Pinkerton. De modo que Blanche puede considerarse la tabla de salvación de Hammett y su finísimo instinto de editora hizo aquí un asombroso milagro porque, al acogerlo en su revista en buenas condiciones económicas,

Tú me silbas, amor; yo viajo en barco

Todo el talento de la Warner se puso en acción, en ese año de 1944, para orquestar una sinfonía con todos sus aditamentos y la mejor melodía. Que no falte de nada, pensaron los sesudos warnerianos, no confundir con alemanes melómanos. Tras la disputa con los Hermanos Marx por su película “Una noche en Casablanca”, disputa que dio lugar a las hilarantes cartas apócrifas que Groucho desliza en su biografía “Groucho y yo”, también apócrifa como todo él (¿existió alguna vez Groucho Marx?), había que continuar por la senda  casablanquista que tan buenos réditos estaba dando. Y la Warner lo sabía. Tómese una novela menor de Ernest Hemingway (puede surgir en una distendida charla entre Ernie y Howard mientras esperan que los peces piquen); escríbase un guión a dos manos por Jules Furthman y William Faulkner (faulknerizar un guión era un ingrediente indispensable en esos días); compóngase una música ad hoc de manos de Franz Waxman, con, al menos, tres temas sensacionales (y, por s